Agarrar las riendas de mi vida

Evitar tomar las riendas de nuestra vida

En muchas ocasiones, nos enfocamos en cosas externas o en la vida de otros porque realmente no queremos asumir nuestro propio rol en la vida. Este comportamiento es simplemente el reflejo del miedo a enfrentar nuestros verdaderos deseos y la renuncia a vivir plenamente nuestras verdades.

De esta forma, dejamos de aprovechar oportunidades para hacer aquello que no deseamos. El acto de evitar se convierte en una barrera que nos impide crecer y evolucionar.

Es importante reconocer cuándo estamos cediendo el control de nuestra vida. La clave está en comprender que, al evitar responsabilidades, estamos renunciando también a nuestras posibilidades de cambio y éxito.

El miedo al fracaso y la comodidad de la zona de confort

El miedo al fracaso nos lleva a crear discursos internos que justifican la no acción, quedarnos quietos en un punto fijo sin atrevernos a dar nuevos pasos ya que aparentemente es más seguro.

Por ejemplo, una mala relación de pareja, en algunas ocasiones creemos que la experiencia se replicará de nuevo y se puede adquirir la creencia de que es mejor estar solo.

En el ámbito laboral, tras un fracaso empresarial, se puede manifestar miedo y automáticamente generar un rechazo a emprender y asumir nuevos proyectos.

En estas ocasiones un empleo puede parecer la opción más sencilla y segura pero realmente puede ser el reflejo implícito de una rendición, de un conformismo, por miedo al riesgo, dejar de creer en uno mismo.

Crear y permanecer en una zona de confort puede ofrecer una aparente seguridad, pero a la vez nos limita. Este supuesto refugio nos aísla y lo utilizamos para evitar enfrentar el sufrimiento y responsabilidades, pero nos aleja totalmente de poder vivir plenamente.

Encontrar las respuestas en nuestro interior

Todas las respuestas ya existen en nuestro interior, sólo tenemos que estar dispuestos a escuchar.

No es cuestión de juicio, es cuestión de mirar dentro, en nosotros, aprender a escuchar la voz de nuestro verdadero ser, escuchar lo que quiere manifestar y transmitir.

Se identifica como una voz clara y concisa, es fácil de diferenciar porque está exenta de pensamientos negativos, derrotistas, miedo, carencia y el largo etcétera de los que nuestro ego nos tiene acostumbrados.

En lenguaje llano sería básicamente, aprender a distinguir entre lo que somos y realmente deseamos de lo que nos dicta nuestra parte ego, los miedos.

En este proceso de aprender a escucharnos, empezamos a experimentar la certeza de que somos nosotros y nadie más, los artífices de nuestra propia vida y sus resultados.

Todo lo que ves afuera es un reflejo de tu interior

Este concepto percibido para muchos como difícil o imposible de comprender, es simplemente el resultado de una programación fija en mirar siempre a un supuesto exterior.

En nuestras manos está modificar esta percepción, buscar culpables en el exterior, sin mirar el origen real, no hace más que perpetuar en nosotros la ilusión de su propia existencia.

Al acceder a nuestra verdadera realidad, lo que se consigue es empezar a cambiar la falsa percepción que tenemos de que existe un exterior y comenzamos a tomar consciencia.

Paulatinamente dejamos de proyectar afuera para experimentar una nueva visión, ésta nos permite estar más presentes en nosotros mismos.

Romper creencias limitantes y conectar con nuestra esencia

Es aquí, en este punto, cuando se inicia el proceso, donde vemos nuestras propias verdades, no la de los otros, sólo las nuestras y es cuando tomamos nuestras propias decisiones y nos desprendemos de creencias.

Empezamos a experimentar nuestras propias realidades y lo externo deja de ser lo que hasta ahora habíamos experimentado, lo que proyectábamos y el entorno percibido.

Dejamos de buscar culpables externos, el peso de la balanza se invierte a medida que vamos adquiriendo seguridad y otorgamos toda credibilidad a lo nuevo que sentimos en nosotros.

Dejamos de culpabilizar al mundo de nuestras desgracias para tomar las riendas de nuestra propia vida.

Reflexión final

Es esencial comprender que somos responsables de nuestras vidas y de los resultados que obtenemos. Culpabilizar al mundo exterior es una ilusión que nos aleja de nuestra verdad.

El verdadero cambio comienza al aceptar nuestra propia realidad y responsabilidad, manifestado con nuestro trabajo personal de alinearnos con nuestras verdades y deseos más profundos.

Conclusión

Para concluir, el mensaje es simple, todo depende de nuestra propia decisión de empezar a escuchar nuestra parte verdadera, está totalmente en nuestras manos.

Desde el momento de tomar la decisión de escuchar es cuando en nosotros experimentaremos un cambio radical en todos los aspectos de nuestra vida.

Sólo recuerda, éste trabajo es individual de cada uno de nosotros.

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