Escuchar mi propia verdad, ¿quién soy?

¿Estás dispuesto a escuchar tu propia verdad?

¿Realmente estás dispuesto a escuchar y aceptar lo que no es? Lo mismo sucede para lo que SI ES.

Los mismos pensamientos, intuyendo que esta parte de la realidad pertenece a un espacio único en el que solo existe y persiste lo mismo. ¿No será quizás, una proyección de mi propio ego, retorciéndose en y dentro de sí mismo?

Representación del EGO: “Me veo a mí mismo aquí, en una imagen que no puedo describir, atrapado, dando vueltas sobre mí mismo”

Si tomas el hábito de cuestionarlo todo, incluidos los pensamientos, este ejercicio se convierte en una herramienta válida y permanente para discernir y separar.

Es buscar una explicación lógica a tu propio sistema, exigiéndole directamente utilidad y propósito.

¿Qué es la vida para el ego?

Es el resultado de un cúmulo de creencias imperceptibles que da por válidas, reales, y que asume sin cuestionarse la esencia ni la realidad de lo que está experimentando.

Justificación constante de las creencias

Nada de lo que crees vivir o creer tiene una realidad intrínseca; solo justificas constantemente que eso que crees es real y verdadero.

Si te cuestionas tus propias creencias, ¿no se tambalean por su propia inconsistencia? ¿Te has preguntado alguna vez en qué se basan realmente? ¿Has realizado el simple gesto de cuestionarte a ti mismo?

El espejismo de las creencias

Lo que crees tiene como raíz otras creencias, por lo que lo que consideras «real» es simplemente un espejismo de algo que no está ahí. Es como proyectar luz: miras a la luz, pero ni siquiera eres consciente de la fuente. ¿Y si miras directamente a la fuente?

Lo que creo ser

Está en nuestras manos hacer el ademán de mirar al origen de todo, para finalmente darnos cuenta de que eso ni siquiera está ahí. Esa luz percibida, que carece de consistencia en el tiempo, se torna en la nada, como una simple mancha. Es como si fuera un agujero negro: queda suspendida, percibida en un espacio vacío.

Esa mancha helicoidal es lo que percibes como el «yo», pero al salir de ella, lo único que ves es una mancha sin vida. Eso es lo que crees ser, es la representación del EGO.

Vida en lo inexistente

¿Cómo atribuir vida a algo que carece totalmente de ella? ¿Cómo adjudicar validez a lo que no es? De hecho, el ego es una representación constante de sí mismo con el imposible y desesperado objetivo de validar y justificar su propia existencia.

Por ello, intenta realizar actos cada vez más extremos para permanecer «vivo» el máximo tiempo posible, acaparando todo lo que percibe como necesario para sí mismo.

Es un acto condenado al fracaso. En el mundo del ego, estos actos son considerados formas de tenerlo todo: poder, propiedad, control, dominación. Pero este afán de «más» inevitablemente conlleva «menos», porque es imposible saciar lo que no es.

En este proceso, no importa pasar por encima de otros, imponer reglas o privar a los demás para obtener más. Esto ha sido la constante en las sociedades humanas regidas por el ego.

Scroll al inicio