Aunque el título pueda parecer contradictorio, es una situación que vivimos con frecuencia. Muchas personas se ven atrapadas en ella día tras día, sin darse cuenta de su impacto en su bienestar.
El vacío ante el cambio
A lo largo de la vida, nos enfrentamos a momentos de incertidumbre en los que no hay un plan claro, un futuro definido o una perspectiva concreta, y de repente podemos entrar en un estado de vacío y falta de dirección.
Esto ocurre, especialmente, cuando estamos en un ciclo de cambios: el final de una relación, un empleo que se termina o cualquier otra etapa que llega a su fin. En todos los casos, el elemento común es el mismo: el cambio.
Cuando un ciclo está por terminar, aparecen múltiples opciones para lo que viene después. Algunas de estas alternativas están condicionadas por circunstancias inevitables, como tener que ir a un lugar donde no queremos estar.
En esta fase, comienza la búsqueda de alternativas para evitar lo que nos resulta incómodo.
El conflicto interno al tomar decisiones forzadas
De todas las opciones que analizamos, ninguna nos satisface por completo. Seguimos buscando, imaginando diferentes escenarios y evaluando pros y contras, pero en el fondo sentimos un rechazo profundo hacia todas ellas.
A pesar de esa resistencia interna, muchas veces seguimos adelante.
Por ejemplo, si consideramos alquilar un lugar que realmente no nos convence, pero su precio y ubicación parecen convenientes, damos vueltas al asunto una y otra vez.
Finalmente, decidimos preguntar, aunque sintamos que no es lo que queremos en verdad.
Sin embargo, cuando por alguna razón externa la opción queda descartada (como no cumplir con los requisitos del alquiler), sentimos alivio.
La preocupación y la tensión generada por la simple opción desaparece de inmediato, simplemente porque esa alternativa que en el fondo no queríamos se nos ha negado.
La paradoja de actuar en contra de uno mismo
En la gran mayoría de los casos, si no en casi todos, actuamos de esta manera debido a presiones externas, condicionamientos sociales o simplemente por supervivencia.
Este fenómeno nos lleva a reflexionar:
¿Por qué seguimos caminos que, desde el inicio, nos generan un profundo rechazo?
¿Cómo es que, aun sabiendo y sintiendo un rechazo dentro de nosotros, podemos llegar a actuar en contra de nuestra verdadera voluntad y deseos?
¿Hasta qué punto permitimos que las influencias determinen nuestra vida, llevándonos a hacer cosas que, en lo más profundo, sentimos que no son para nosotros?