Pruebas, pruebas, demuestra que esto es verdadero

Introducción

En este articulo se expone la obsesión constante del ego de conseguir pruebas de realidades a las que no puede acceder, exigiendo a toda costa que se presenten pruebas bajo la premisa de que lo único que existe en realidad es el mundo material, el que solo se puede ver con los ojos, tocar con las manos o medir bajo cualquier unidad de medida. El contenido es una pura representación, como si fuera visto desde afuera. También se incluyen preguntas para cuestionarse a uno mismo.

Pruebas y la búsqueda de la verdad

Necesito pruebas, ¿cómo demuestras todo lo que estás diciendo?

Yo no necesito pruebas para lo que ya sé. No necesito nada externo que me confirme lo que ya conozco. ¿Acaso necesitas a alguien de afuera que te confirme o te diga el camino para ir a tu casa? Es absurdo pensar que necesitas algo externo para que valide lo que tú, en tu interior, ya conoces y has experimentado.

Las pruebas sólo son un instrumento del mismo sistema. Tienes la opción, si quieres, de abandonar tu propio sistema, tu propia prisión, salir y mirar qué hay allí, en tu interior. Si lo haces, verás más claramente tu propio espejismo, esa imagen distorsionada ante ti que realmente no es verdadera, esa imagen «transparente» que intenta ocultar tu propia verdad, hacerle sombra y encarcelar tu alma.

Dependencia del sistema

Has creado en ti mismo una dependencia pura hacia el sistema. ¿Estás totalmente ciego y sólo ves lo que te dicen que es? ¿Te has cuestionado a ti mismo tu propia verdad? ¿Has cuestionado algo alguna vez? Si es así, ¿por qué sigues pidiendo pruebas? ¿No será que aún estás atado, sujeto, esclavo del mismo sistema de creencias que te impide ver la verdad con claridad?

¿Quién es el que pide pruebas constantemente? ¿Quién pretende recibir respuestas en base a una contrapartida material, visible y palpable desde el mundo físico? Sólo puede ser el ego, que en su reducido mundo, basado única y exclusivamente en el materialismo, busca y busca, exige pruebas de conocimientos que nunca estarán a su alcance por tratarse de una realidad que no es palpable, demostrable ni material, que no pertenece a este mundo.

El engaño del Ego

¿Para qué alguien precisa pruebas de lo que ya es? ¿Quién exige que se demuestren cosas que no están al alcance de los ojos físicos? En sí, el ego es la representación más pura de la ignorancia. Es lo más limitado dentro de la creación. Para el ego, estas palabras solo pueden traducirse como odio, rabia, celos, incomprensión, ataque o defensa.

¿Por qué es tan fácil engañar al ego con mentiras, falsedades y cosas ilusorias? ¿Cómo es posible que una mentira se convierta en una gran verdad social? La clave está en cuestionarse, no en exigir lo que no se tiene capacidad de ver. En realidad, es muy sencillo.

Y aunque te diera lo que me estás pidiendo, tampoco lo verías, ni lo entenderías, ni lo creerías. Mientras sigas sumido en la ilusión, en las creencias limitantes y en los ojos del ego, nunca podrás ver la verdad que está en ti mismo. No está afuera, ha estado siempre en ti, desde que naciste.

La programación del pensamiento

Estás gobernado y sometido a tu propio sistema de creencias, que dicta lo que es y lo que no es, lo que crees y lo que no crees, lo que es real e ilusorio, lo que es falso y verdadero. Simplemente estás atrapado en un bucle programado, circular. ¿Cómo pretendes, dentro de este sistema, dar cabida a algo que no puedes ver ni entender? Estás demasiado ocupado en una ilusión rotativa. Realmente eres esclavo de ti mismo.

El problema es que cuando las personas escuchan «mira en tu interior», no lo entienden, no lo saben interpretar. Piensan y creen en un lugar, pero no es un lugar, es simplemente un estado. Es cuestión de querer, de paciencia, de otorgarte a ti mismo fe y esperanza en cierto modo. Aunque hay que tener cuidado con la fe y la esperanza, porque, en las creencias impuestas, estas se traducen en esperar que otro, algo externo, nos «salve», nos solucione el problema o nos haga abrir los ojos.

Poder exterior

Si dejamos de otorgar poder a un supuesto exterior y comenzamos a reconocer el único poder que existe y que solo reside en nosotros mismos, podremos empezar a empoderarnos. Debemos dejar de entregar nuestro poder a nada ni a nadie externo.

Es en nosotros, en nuestro interior, donde reside todo poder que, hasta ahora, en su mayoría, ha sido servido en bandeja de plata a terceros para que gobiernen y dirijan nuestras vidas. Es el momento de dejar de entregarlo y comenzar a dirigir nuestras propias vidas.

¿Qué es lo que quieres para ti?

¿Qué es lo que quiero para mi vida? ¿Alguna vez te has hecho esta pregunta en serio, en profundidad, con sinceridad?

Las respuestas que puedan surgir pueden ser totalmente contradictorias con lo que crees y con lo que estás experimentando en ti mismo. Es un choque frontal, que implica cambiar toda tu vida. Aceptar esto requiere de verdadera voluntad de cambio acompañada por la verdadera consciencia.

Scroll al inicio