La verdadera esencia de la vida

La verdadera esencia de la vida

No hay nada que buscar

¿Quién es el que busca? El que no sabe, el que no sabe quién es, el que no se identifica a sí mismo, el que ha perdido la memoria, el que vive encerrado dentro de la prisión del no ser: el ego. Ese es el que está verdaderamente perdido en la ilusión de no ser, en un mundo lleno de seres que no saben quiénes son, ni a dónde van, ni de dónde proceden.

La búsqueda ilusoria

¿Quién es el que busca? El que está perdido, engañado, creyendo que la ilusión es real y que debe conseguir todo cuanto la ilusión misma crea como realidades ilusorias. Persigues toda tu vida algo que nunca podrás coger con tus manos, ya que no tiene forma ni estructura, no es nada, solo conceptos vacíos, como si de humo se tratara.

¿No te ha pasado nunca que estás buscando algo que crees haber perdido porque simplemente tus ojos no pueden verlo, pero después de buscar y buscar resulta que lo tenías delante mismo de ti? ¿No te ha ocurrido nunca?

A cualquiera le ha pasado. Este ejemplo es una representación pura y directa de lo que hacemos con nuestras vidas: buscando y buscando algo que creemos no tener, pero que en verdad está delante nuestro, en nosotros mismos. Engañados por espejismos, nos dejamos llevar por la ilusión del exterior, cuando lo único real se encuentra en nuestro interior.

¿No te ha ocurrido nunca que vas a la naturaleza en un día soleado, lleno de luz, a principios de primavera, cuando abundan los colores y todo es un reflejo puro de vida? Es como la resurrección después del invierno: los árboles empiezan a brotar, las flores de todos los colores inundan la tierra.

¿No has sentido en tu interior algo fuerte, algo verdadero? Eso que ves es la representación misma de la vida, puesta ante tus ojos para que comprendas su significado. Es la pura manifestación «hecha carne» de lo que en verdad significa existir.

Eso tan intenso que se siente es un puro reflejo de tu verdadera esencia. De hecho, es como un espejo de ti mismo, porque eso que estás observando con tus ojos fijos es la traducción más genuina de lo que eres.

Quedarse anonadado por ese espectáculo… ¿Te imaginas que fuera así de forma constante, o mejor aún, que solo existiera esto? ¿Necesitas algo material cuando estás presenciando ese espectáculo de luz, color y verdadera vida?

La verdadera realidad

Todo nuestro alrededor, ese que casi nunca observamos ni valoramos, es en esencia nosotros mismos. Esa belleza, ese esplendor, esa vida, es lo que en verdad somos. No somos lo que creemos ser con nuestro ego. La vida no es nada de lo que la gran ilusión pretende hacernos creer.

Es demasiado evidente, diferenciar una cosa de la otra: la ilusión solo te ofrece miedo y temor, apariencia y necesidad; en cambio, la vida en sí no está sujeta absolutamente a nada, ni a ningún pensamiento ni a ningún sentido contrario.

¿Qué problema hay en poder experimentar tu parte verdadera?

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