En este artículo se aborda una temática de gran interés general: el Karma. Dentro de todas sus filosofías o creencias, aquí se aporta una visión reflexiva sobre el concepto aplicado en un no tiempo.
Si tomamos como teoría una de las versiones o creencias acerca del Karma, que lo define como un castigo por otras vidas, surge un cuestionamiento fundamental.
La contradicción del Karma en un no tiempo
Imaginemos por un momento que el tiempo no existe tal como lo percibimos desde este plano o dimensión. Para nosotros, el tiempo es solo una unidad de medida que rige a la humanidad bajo los conceptos de pasado, presente y futuro. Pero, ¿qué ocurriría si desafiamos esta teoría desde una perspectiva opuesta a nuestra concepción del tiempo?
Si nos basamos en la idea de que el tiempo no existe, entonces tampoco existen el pasado ni el futuro. Si todo está ocurriendo simultáneamente en un mismo instante, ¿cómo encaja que pueda haber si quiera un Karma de un pasado hacia un presente y un futuro?
Esta idea entra en una contradicción pura, ya que en un no tiempo, sin una unidad de medida como referencia, ¿cómo coordinas o haces coincidir en un no tiempo que puedan crearse los resultados teóricos de un karma si no podemos tomar dicha unidad como referencia?
La mente humana, limitada y dependiente del tiempo como herramienta de comprensión, no podría extraer ninguna conclusión clara sobre esta teoría. La existencia humana está sujeta a un tiempo con fecha de caducidad, lo que impide concebir una realidad en la que todo ocurra al mismo tiempo.
La complejidad de una teoría sin referencia temporal
Según esta teoría, todo lo que percibimos como pasado y futuro existiría en un estado suspendido en un no tiempo. Esto implica que todas las vidas anteriores y futuras estarían ocurriendo simultáneamente, y que existiría un autobalanceamiento imposible de entender para la mente humana.
Aceptar la posibilidad de que el futuro de próximas vidas ya esté ocurriendo en este preciso instante genera un conflicto interno. La mente humana, aferrada a la percepción lineal del tiempo, choca con la idea de una realidad en la que todo coexiste en un mismo momento. Es como encender una dinamita en el cerebro, pues el conflicto interno es inevitable.
Y como puedes mover toda esta supuesta realidad si estás encerrado en un sistema limitado a un único de pensamiento dominado por una creencias.
Puedes tomar toda esta posible realidad como mejor no entrar para no tener que entrar en conflicto contigo mismo pero para el que quiera simplemente tiene un argumento que quizás de una forma u otra le pueda ayudar a sentir que algo que ya ha pensado, sentido o simplemente ha intuido no está sólo en este mundo ya que muchos otros quizás están pensando o sintiendo lo mismo.
El condicionamiento del pensamiento humano
Mover esta supuesta realidad resulta imposible si estamos encerrados en un sistema de pensamiento limitado y creencias limitantes.
Una opción es evitar cuestionamientos para no generar conflictos internos. Sin embargo, para quienes buscan respuestas, este argumento podría servir como un punto de apoyo, mostrando que no están solos en sus cuestionamientos y que muchos otros pueden estar sintiendo o pensando lo mismo.
La importancia de cuestionar la realidad
Quienes se hacen preguntas están comenzando a salir de la franja ilusoria en la que han estado inmersos. La ilusión es débil y poco consistente, por lo que cada vez es más fácil mirar sin miedo hacia uno mismo y reconocer una realidad distinta, dejando atrás todo lo que antes se creía.
Dado que existen tantas dudas y tan poca información, es fundamental que seamos los primeros generadores de nuestras propias preguntas. Tal vez, al hacerlo, las respuestas correctas surjan en nuestra percepción actual, no en lo externo, sino dentro de nosotros mismos.