Introducción
El rechazo a lo espiritual es un fenómeno que resulta paradójico, ya que implica negar aquello que realmente somos en esencia. En la sociedad actual, muchas personas se ven atrapadas en una constante negación de su verdadera naturaleza en favor de una identidad ficticia que se adapta a los estándares de una sociedad materialista. Este fenómeno nos lleva a representar personajes que se ajustan a la apariencia y lo superficial, viviendo en un estado continuo de supervivencia y riesgo constante, alejados de lo que verdaderamente significa la vida.
¿Por qué existe esta tendencia a rechazar lo espiritual? ¿Por qué se intenta desacreditar todo aquello relacionado con el espíritu, ya sea en forma de creencias, terapias o prácticas espirituales? Parece que hemos olvidado por completo que lo único que realmente existe es el espíritu, el verdadero origen del ser. Nos engañamos creyendo que lo material y tangible es la base de todo, ignorando nuestra esencia genuina.
La ilusión de lo material
¿Qué sucede cuando trascendemos o morimos? ¿Permanecerá algo de lo que creemos ser y poseer en este mundo ilusorio? Es evidente que nada de lo que aquí acumulamos, ya sea en posesiones o identidades, tendrá relevancia en el mundo verdadero. Ni nuestras profesiones, ni nuestras pertenencias, ni la imagen que construimos tendrán valor alguno al abandonar este plano. Por ello, muchas personas comienzan a cuestionarse la necesidad de continuar alimentando la ilusión de lo falso y buscan aplicar lo que verdaderamente son a la realidad cotidiana.
El inicio de un nuevo paradigma
Esta reflexión es el punto de partida hacia un nuevo mundo, donde la humanidad se aproxima lentamente a un cambio de paradigma que pone en primer plano la esencia espiritual. Por mucho que se intente imponer lo ilusorio, la fuerza misma de su contradicción genera el impulso necesario para su retroceso y progresiva desaparición. A medida que más personas despiertan a su verdadera naturaleza, la sociedad comienza a liberarse de los grilletes de lo material y a valorar lo espiritual como lo único real.
Reflexión final
El rechazo a lo espiritual no es más que el resultado de la desconexión con nuestra esencia. Sin embargo, el despertar hacia lo verdadero está tomando fuerza, impulsado por el propio desgaste de lo ilusorio. Aceptar lo que realmente somos es el primer paso hacia una existencia genuina y libre de ataduras ficticias. La humanidad está en camino hacia un cambio profundo y trascendental, donde la espiritualidad recupera su lugar legítimo como fundamento de la vida.
