Qué es el Ego: Naturaleza pura de supervivencia

El ego, en su esencia, es un mecanismo de supervivencia. Desde tiempos primitivos, ha operado con la finalidad de garantizar la seguridad, generar control y procurar la continuidad de la existencia física. Aunque en el mundo moderno sus formas han cambiado, su base sigue siendo la misma: la lucha por la supervivencia a través de la adquisición, la competencia y el miedo a la escasez.

La supervivencia como motor del Ego

El ego percibe la vida como una batalla constante. Su existencia se basa en la creencia de que todo debe ser asegurado, controlado y poseído. Esta mentalidad de escasez se refleja en la necesidad de acumular, ya sea dinero, bienes materiales, poder o reconocimiento. Es el mismo principio que rige el comportamiento de los animales en la naturaleza: almacenar para el futuro, garantizar la seguridad y evitar el peligro.

La ilusión de la carencia y el estrés permanente

El ego vive en un estado constante de carencia. Siempre siente que le falta algo, que necesita más, que debe seguir luchando. Esto genera un estrés permanente que se refleja en la vida diaria de las personas. La sociedad ha sido diseñada en función de esta necesidad de supervivencia, donde el dinero se ha convertido en el medio principal para garantizar dicha continuidad.

La trampa del Ego en la sociedad moderna

El ego ha creado sistemas que refuerzan su dominio: economía, mercado laboral, competencia desmedida. La humanidad ha construido un entramado basado en la necesidad de generar recursos para sobrevivir. La mayoría de las personas viven atrapadas en este ciclo, sin cuestionar la verdadera naturaleza de su existencia.

Sin embargo, cuando se trasciende la ilusión de la supervivencia y se conecta con la verdadera esencia del ser, se descubre que la paz no proviene de la acumulación ni del control, sino de soltar el apego a lo material y reconocer que la verdadera vida está más allá de las limitaciones del ego.

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