Descubre cómo dejar de preocuparte y perder tiempo por lo que aún no ha llegado. Aprende a tomar el control de tu vida y encontrar la libertad en el presente, sin dejar que las cadenas de la preocupación te controlen
Preocuparme, ¿de qué me sirve?
¿Qué sentido tiene realmente seguir atado a las cadenas que aparentemente creo tener?
Todas mis limitaciones respecto a lo que debo y puedo hacer, ¿si me libero de estas cadenas autoimpuestas, qué me queda? ¡Simplemente y llanamente, MI PROPIA LIBERTAD!
La trampa de pensar en el futuro
¿Por qué estar dando vueltas arriba y abajo acerca de lo que viene? ¿De qué me sirve estar pensando y preocupándome de algo que aún no está, un supuesto tiempo? ¿Qué pasará? ¿Cambiará mi situación? ¿Habrá realmente un cambio?
Todas estas preguntas, si las traslado al futuro, no serán más que un resultado infinito en el tiempo percibido. Pasará un año y aún seguiré preguntándome lo mismo.
He dejado el “ayer” allí para trasladarme a un “hoy” siendo lo mismo, pensando lo mismo. La pregunta es clara y simple: ¿DE QUÉ ME SIRVE? La respuesta es sencilla: DE NADA.
La ineficacia de la preocupación constante
Estar pensando continuamente en el futuro lo único que hace es prorrogar constantemente e infinitamente lo mismo. Cuando todo este tiempo, que estoy dedicando a hundirme en la misma argumentación, en los mismos pensamientos, lo único que conseguiré es perderlo en algo totalmente inútil, cuando podría haberlo llenado y completado con una versión completamente diferente, haciendo que lo que tengo adquiera un valor incalculable en mí mismo. ¡Piénsalo!
Utiliza la preocupación a tu favor
Tenlo en cuenta cada vez que aparezca la preocupación, esa sensación de que no hay solución, o de estar dentro de un pozo oscuro sin posibilidades de salir. En vez de esto, utiliza esta situación a tu propio beneficio.
Oriéntate realmente a lo que quieres, dirige toda tu atención a lo que deseas. De hecho, ¿cambiará en alguna forma lo que te preocupa añadiendo más energía a lo mismo?
Simplemente no. En cambio, si diriges tu mirada a pensamientos diferentes, orientados más a tus verdaderos deseos constructivos, provocarás inevitablemente un cambio tanto en ti como en tu entorno.
Realmente es simple, solo debes preguntarte: ¿DE QUÉ ME SIRVE PREOCUPARME?
Deberías preocuparte: una frase llena de condicionamiento
Cuando alguien te dice: “deberías preocuparte…” ¿realmente qué encierra esta frase? Por una parte, el «debo», como si fuera una obligación, como si fuera preciso y necesario sentir esa obligación y el deber.
Realmente me pregunto: ¿por qué debo generar algo en mí por obligación? Y la otra parte, en este caso, es la acción negativa de preocuparme. ¿No sería mejor quizás invertir la frase y decir: «Voy a ocuparme»? Suena diferente.
La primera indica que existe un problema, y la segunda refleja que no le damos importancia ni peso al evento, simplemente nos vamos a ocupar de él sin estrés ni miedo.
El poder de tomar el control de tu vida
No se trata de sistemas o soluciones milagrosas, nada de esto. En todo momento está completamente en tus manos. Solo tú decides si te dejas arrastrar por los mismos pensamientos y miedos de siempre, o simplemente empiezas a crear nuevos pensamientos lógicos que te permitan dejar de sufrir de forma natural y siendo tú mismo.
Abrir tu mente al cambio
Si abres tu campo de visión, verás y generarás nuevas opciones de vida. Automáticamente estarás abriendo el campo de recepción, permitiendo que vengan a ti las circunstancias, personas y situaciones propicias para que se genere un cambio.
A modo de ejemplo, es como cuando vas andando por la calle, completamente absorto en tus pensamientos repetitivos, y no te das cuenta de nada de tu entorno.
La otra opción es cuando vas observando todo a tu alrededor. ¿Cuál crees que es la diferencia?
En el primero solo existe lo mismo de siempre: el mismo torbellino de pensamientos y miedos.
En el segundo, has podido ver, observar y sentir cosas completamente diferentes.
El impacto de cambiar de perspectiva: un ejemplo práctico
Por ejemplo, estás en una situación económica justa, te cuesta llegar a fin de mes, pero sigues atado a tu actual trabajo, que realmente no te permitirá disponer de una mayor cantidad de dinero para afrontar todos tus gastos y necesidades.
Ni siquiera te atreves a pensar en cambiar de trabajo debido a la falsa sensación de seguridad que te aporta tener un empleo.
Ahora imagina empezar a permitirte pensar en una nueva opción, un cambio, buscar un trabajo mejor, quizás prepararte para ello, estudiando o aprendiendo una nueva profesión.
Sí, es posible. Solo debes abrirte al cambio. El simple hecho de dar ese «paso» dentro de ti provocará que esa posibilidad empiece a ganar fuerza en ti mismo y te dará el impulso para hacer las acciones necesarias para lograrlo.
Realmente, el concepto es simple. No podrás negar que es imposible. Simplemente es cambiar tu enfoque. Solo debes mirar hacia otras opciones.
Cuando abres tu mente a nuevas opciones, el estrés provocado por las cadenas de creer que solo existe una opción empieza a desvanecerse y, eventualmente, desaparecerá. Solo depende de ti, de nadie más.
Tú tienes el poder de hacer lo que quieras, solo debes abrirte a ti mismo. Hay muchas oportunidades en el mundo. El truco consiste en estar abierto a ellas, al cambio, a realmente estar dispuesto a recibir. Es tan simple…
La clave está en tomar acción
Si crees que tu situación no es mejorable y que no tienes salida, es porque crees que eso es así. Mientras sigas repitiendo a ti mismo que es la única verdad, eso será lo único que vivirás.
Si de repente te ofrecen otro trabajo diferente, donde puedes ganar en calidad de vida y económicamente, ¿qué harías?
¿Preferirías permanecer en tu situación actual, en la aparente seguridad de tener ya un trabajo?
¿Y si en lugar de que te ofrezcan el trabajo, fueras tú quien, por iniciativa propia, empezara a buscar algo mejor para ti? ¿Qué diferencia habría? En vez de esperar a que te venga, ¿por qué no ir tú a por ello?
Conclusión: El poder de decidir
El poder de cambiar tu realidad está en ti. Cambiar tu perspectiva, soltar las preocupaciones y abrirte al cambio son los pasos fundamentales para liberar tu mente, encontrar nuevas oportunidades y transformar tu vida. Recuerda siempre: la decisión está en tus manos.