La verdadera esencia de estar aquí
Realmente estamos aquí para poder experimentar todo aquello que no podemos experimentar en nuestra forma original. Como espíritu, no podemos experimentar lo que no somos, lo que no existe. Es por este motivo que, en base a la causa de nuestra existencia, nos proyectamos en los mundos y formas para poder llegar a experimentar todo aquello opuesto o inexistente en nosotros mismos.
A modo humano, esto mismo lo estamos haciendo constantemente. Somos una réplica en modo limitado, pero a imagen y semejanza. Tenemos la capacidad de proyectar.
Esto es lo mismo como espíritu: somos una réplica a pequeña escala de lo que en verdad somos, aquí experimentando en una escala limitada, del tamaño de una mota de polvo dentro del mundo.
Intentar utilizar la unidad de medida traducido en tamaño sería imposible, realmente no existe tal concepto. ¿Cómo podría existir tamaño, dimensión o distancia dentro del todo?
La percepción del universo desde la consciencia espiritual
Imagina por un momento que todo lo que tienes a tu inmediato alcance —al simple gesto de tu mano— está disponible para ti con una simple acción. Si esto lo trasladaras al universo, sería igual. Como espíritu, tienes al alcance todo el universo.
En este caso, no hay movimiento como lo harías aquí con la mano o de forma mucho más lenta con un vehículo. En lo infinito, solo con pensar realizas la acción, por lo que te puedes mover y trasladar al instante a cualquier lugar donde quieras estar.
(En lo eterno el estar adquiere otro sentido diferente al que nosotros percibimos en nuestro estado actual, son estados)
Esto mismo lo estamos haciendo aquí, aunque no de forma consciente para la gran mayoría de los humanos. Es una simple acción: cada vez que piensas y visualizas un lugar que se hace presente dentro de tu campo mental visual, estás trasladándote simbólicamente a ese lugar.
Si diéramos un paso más, eso que creemos que no es posible simplemente lo sería: podríamos perfectamente desplazarnos en esencia al lugar que estamos visualizando, incluso hacernos presentes en forma.
La limitación de la mente humana y su creencia en la materia
No es posible simplemente porque nos han hecho creer que no lo es. Estamos demasiado encadenados en la creencia en lo material, regidos puramente y meramente por la materia. Todas las medidas utilizadas por los humanos —los más y menos, el cerca y lejos, el mucho y el poco— se rigen bajo el sistema Dual.
Para deshacernos del sistema es preciso pasar de lo Dual a la Unidad, simbolizada por nuestra alma, que es la puerta de entrada al mundo real, que no está sujeta, atada ni condicionada por el sistema Dual.
La percepción más allá de los sentidos físicos
¿No te ha ocurrido nunca que, en un momento determinado, al cerrar los ojos, has podido visualizar como si estuvieras volando encima de montañas? ¿Cómo es posible que ocurra esto?
Para lograr experiencias no es necesario realizar meditaciones, rituales o encuentros.
En la vida diaria y en todo momento, estamos ejerciendo lo que ya somos, aunque en un modo totalmente invisible a nuestra consciencia. Vivimos apartados de ella, absortos en las mentiras e ilusiones de un EGO.
Deberíamos empezar a dejar de poner barreras, obstáculos y condicionantes a lo que verdaderamente somos. Debemos derribar los muros que nos hemos impuesto a nosotros mismos y dejar de creer que es necesario algo extraordinario para conectar con nuestra verdadera esencia, el YO, único y verdadero.
Lo que en verdad somos no está allí, no está lejos, no está en ningún lugar. Lo tienes en ti, lo has tenido siempre y siempre lo tendrás, porque no hay nada más que exista que esto que eres en verdad, somos un estado viviente habitando en el todo y con todo.