Dualidad. Energías masculina y femenina

Las energías masculina y femenina en el ser humano

En cada uno de nosotros habitan las dos energías universales: la masculina y la femenina. Estas energías no dependen del género físico, sino que son inherentes al ser humano, independientemente de cómo nos identifiquemos en el mundo material. La dualidad es parte de la naturaleza de la vida, y dentro de nosotros coexisten ambas energías, cada una en un grado mayor o menor.

La gran barrera que enfrentamos es la artificialidad de la dualidad impuesta por el sistema, que ha creado tabúes y distorsiones sobre estas energías. Lo que es completamente natural, como el equilibrio de estas dos energías dentro de nosotros, ha sido transformado en algo que nos es difícil de comprender debido a las creencias sociales y dogmas establecidos. Sin embargo, para comprender realmente estas energías, debemos experimentarlas por nosotros mismos, por encima de conceptos preconcebidos.

Más allá de las creencias y dualidades sociales

El enfoque aquí no es sobre las creencias sociales ni los dogmas de lo correcto o incorrecto en el ámbito sexual, sino que se trata de reconocer que cada ser humano está compuesto por ambas energías. No podemos separarlas ni ignorarlas, ya que ambas son inseparables. En el mundo material, todo está basado en la separación, pero en la realidad no-dual, en el origen de todo, estas energías coexisten en armonía.

Imagina que intentaras separar tu cuerpo en dos mitades, ¿sería posible? De la misma manera, la energía masculina y femenina son complementarias, una no puede existir sin la otra. La percepción dual de hombre y mujer es propia de esta dimensión, pero en lo profundo de la existencia, todo está interconectado y se completa mutuamente.

Conectar con las energías universales

Cuando nos permitimos mirar más allá de las creencias y condicionantes sociales, podemos empezar a experimentar estas energías dentro de nosotros. No importa si eres hombre o mujer; todos estamos formados por ambas energías. Al conectar con ellas, ya sea a través de meditación o una observación consciente de uno mismo, podemos acceder a una experiencia pura y profunda de nuestro ser.

En este espacio de conexión, no hay distinciones externas ni juicios impuestos. Solo está la energía pura, la esencia de lo que somos en nuestra unidad con el universo. Si te permites sentir estas energías, entenderás la unidad que existe entre ellas y podrás vivir en armonía con tu verdadera naturaleza.

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