En el Evangelio de Juan 7:18 encontramos la siguiente enseñanza:
«El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que lo envió, éste es verdadero, y en él no hay injusticia».
En este artículo realizamos una interpretación espiritual de este pasaje, alejada de cualquier religión, credo o paradigma.
Qué significa El que habla de sí mismo
En este contexto, cuando los fariseos cuestionan sobre la capacidad de enseñar sin haber sido instruido formalmente, responde con esta frase.
Aquí, «hablar de sí mismo» hace referencia a la identificación con el ego, esa parte de la conciencia que se percibe como separada del todo y se aferra a una identidad individualizada.
Desde esta perspectiva, el «yo» que habla de sí mismo es una construcción ilusoria que se considera una entidad independiente, reforzando la idea de un «ser» separado de los demás. Esta percepción fragmentada es producto de la conciencia ilusoria, que lleva a la creencia errónea de que el individuo existe como una entidad separada de la totalidad de la existencia.
Qué significa busca su propia gloria
En este contexto, la «gloria propia» representa la esencia misma del ego, que constantemente busca reconocimiento y validación. Este afán por engrandecerse no surge de una verdadera grandeza, sino del miedo inherente del ego a ser insignificante o vulnerable.
El ego opera desde una mentalidad de separación, viendo a los demás como amenazas o competidores en la lucha por el poder y la validación. En este estado de ilusoria soledad, la búsqueda de gloria personal se convierte en un intento desesperado por llenar el vacío interno que genera la desconexión con la verdadera esencia del ser.
Cuando una persona busca su propia gloria, lo hace desde una posición de defensa y ataque, siempre en competencia con los demás, creando un ciclo de ilusiones y conflictos que refuerzan la sensación de separación.
Qué significa pero el que busca la gloria del que lo envió
Esta parte de la enseñanza no alude a un dios externo, sino a la búsqueda de la verdad en nuestro interior. «El que lo envió» hace referencia a nuestra propia esencia espiritual, aquella que está conectada con la totalidad y que no necesita reconocimiento externo.
Buscar la gloria del que nos envió significa alinearnos con nuestra verdadera naturaleza, alejándonos del deseo ególatra de ser exaltados individualmente. Se trata de un proceso de introspección y autoconocimiento que nos lleva a reconocer que la verdadera gloria no se encuentra en la validación externa, sino en la conexión con nuestra esencia espiritual.
Qué significa éste es verdadero, y en él no hay injusticia
Desde la perspectiva del espíritu, solo existe una verdad, aquella que no está condicionada por las ilusiones del ego. En este sentido, la expresión «éste es verdadero» se refiere a quien ha trascendido la separación ilusoria y ha encontrado su conexión con la totalidad del ser.
La ausencia de injusticia en este estado se debe a que, en el nivel espiritual, la justicia como concepto dual no tiene cabida. La justicia y la injusticia son categorías propias del mundo de la ilusión, donde el ego impone divisiones y jerarquías. En el estado de conexión con la verdad, no hay nada que juzgar ni comparar, pues todo es parte de la misma realidad unificada.
Reflexión sobre Juan 7:18
Este pasaje es una poderosa ilustración del mundo ilusorio en el que muchos buscan su propia gloria, sin darse cuenta de que están atrapados en la separación creada por el ego.
En esta visión, las estructuras de poder han sido diseñadas para perpetuar la ilusión de que algunos están por encima de otros, cuando en realidad no hay diferencias fundamentales entre los seres. La jerarquía y la competencia son simplemente reflejos de la gran ilusión de la separación.
Nada de lo que pertenece a este mundo ilusorio puede trascender al mundo real. Lo que surge de la ilusión permanecerá en ella y desaparecerá con ella. Al igual que los sueños no pueden llevarse a la vigilia, las estructuras creadas por el ego no tienen lugar en la verdadera realidad del ser.
El mensaje central de Juan 7:18 es una invitación a cuestionar nuestra percepción de la identidad y a trascender la necesidad del reconocimiento externo, buscando en nuestro interior la verdad que nos conecta con la totalidad del ser.