Que significa todo lo puedo en Cristo que me fortalece Filipenses 4:11-13

Introducción

Pasaje bíblico Filipenses 4:11-13. Más allá de cualquier creencia, paradigma o doctrina, este fragmento contiene un mensaje profundo sobre la verdadera naturaleza del ser, la unidad con el todo y el poder interior. En este artículo, exploraremos el significado espiritual de este pasaje desde una perspectiva libre de dogmas, centrándonos en su mensaje esencial.

Interpretación de Filipenses 4:11-13

El pasaje dice lo siguiente:

«Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar saciado como para tener hambre, tanto para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»

Para comprender su verdadero significado, es clave centrarse en la palabra «en». Esta preposición indica una conexión intrínseca con lo que representa «Cristo» en este contexto. El error más común es interpretar a Cristo como una entidad externa, separada de nosotros, cuando en realidad simboliza la totalidad de la existencia y nuestra verdadera esencia.

La dualidad del ego y la ilusión de separación

El ego interpreta este pasaje de dos maneras principales, dualidad:

  1. Desde la creencia en una entidad superior a la que estamos sometidos.
  2. Desde el rechazo absoluto de la idea de un poder externo.

Ambas posturas refuerzan la ilusión de la separación, manteniendo al individuo atrapado en una dicotomía artificial. La verdadera interpretación surge cuando se observa desde el alma, reconociendo que no hay separación entre nosotros y el todo.

Cristo como la representación de la unidad

El término «Cristo» no se refiere a una figura específica o un ser divino separado de nosotros, sino a la totalidad de los espíritus que forman parte del todo. Cristo es la consciencia unificada, el reflejo de la creación original. Cuando dejamos de mirar con los ojos del ego y comenzamos a ver con los del alma, comprendemos que no estamos por debajo de nada ni de nadie, sino que somos parte inseparable del universo.

La ilusión del sacrificio y el sometimiento

Durante siglos, se ha promovido la idea de que la vida es un sacrificio, un camino de sufrimiento impuesto por una entidad superior. Sin embargo, esta visión proviene del mundo ilusorio del ego, que construye narrativas basadas en el miedo, la culpa y la separación. Este es el verdadero y simbólico «anticristo», no una entidad demoníaca externa, sino la creencia en lo que no es real.

Incluso las escrituras hacen referencia a esta verdad cuando en Juan 8:44-46 se menciona: «El padre de ustedes es el diablo». Este «diablo» no es más que el ego, el cual distorsiona la realidad y aleja a la conciencia de su verdadera esencia.

Despertar a la verdadera visión

Todo está explicado, solo es necesario dejar de ver con los ojos ciegos del ego y comenzar a percibir con la mirada del alma. Solo así podemos escuchar y comprender la verdad con los únicos ojos capaces de ver: los del espíritu, que reside en cada uno de nosotros, porque todos somos espíritu.

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